Una marimacha, famosa en alguna ciudad piurana, radica en el extranjero. En una tarde fría de aquel lejano país, cae en nostalgia de su calurosa ciudad y decide llamar a su cómpay "El peje":
- ¡Aló, cómpay Peje!" - dice la marimacha con voz ahombrada.
- ¡Cómpay, Rodooooo!, ¡Qué ha sido de su hermosa vida! - responde el Peje.
- Acá pues, extrañando el solazazazazooo de Piura.
- ¡Sí, compadre, acá está haciendo un solazazazooo que invita a tomarse una chichita de jora!
- ¡Eerrrdaaa, ni me diga compadre, que cuando esté allá, voy a meterme una booombaaa hasta que mellen los perros!
domingo, 1 de mayo de 2011
"¡Hasta que me mellen los perros..."
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