domingo, 9 de noviembre de 2008

"La mano negra"

Con la elección del primer presidente negro en los EEUU, el tema sobre los afrodescendientes ha cobrado importante vigencia, ya sea en los principales diario, radios, canales de televisión, foros de internet, etc. y no es para menos, en el país donde los primeros afros llegaron en condición de esclavos, hoy ha elegido a uno de sus descendientes como su Primer Mandatario. En un anterior post ya nos habíamos referido sobre la presencia africana en Piura, hoy reproduciremos un artículo del profesor Luis Guzmán Palomino, publicado en la revista Demiurgo N° 3, diciembre 2007, pág. 135, donde expone el sinsentido de esta "frase infeliz" refiriendóse a frase "HAY UNA MANO NEGRA".

LA MANO NEGRA

De un tiempo a esta parte, se repite con frecuencia, sobre todo en declaraciones de personajes diversos en los medios de comunicación masiva, la curiosa aseveración que reza: “Hay una mano negra”. Sin duda, otra muestra del racismo imperante entre nosotros, principalmente a nivel urbano. Y por lo general, esa “mano negra” es una mano blanca o blanqueada, pues la manida expresión hace referencia a la parte corpórea de un sujeto que comete o instrumenta una mala acción que puede llegar a ser un delito. Por ejemplo, la han citado con reiteración varios personajes aludiendo a quien (o quienes) ha(n) motivado el reciente “impasse” con Chile. Ergo, tener una geopolítica expansionista no es propia de los estadistas chilenos, sino que tras ellos hay un negro que con su mano les ha hecho caer en un yerro. Al racismo (consciente e inconsciente) añaden fingida ignorancia o, lo que es peor, el cinismo de los felones y proditores de siempre.
Lo de la “mano negra” se repite hasta el cansancio en los medios de comunicación masiva. Dudamos que haya un negro que la utilice, pero pasma comprobar que solo a algunos negros moleste este uso frecuente de una expresión que es lesiva a su dignidad. Preguntamos, ¿y por qué no se habla de una “mano amarilla”, una “mano marrón” o una “mano blanca”. ¿Por qué? ¿Es que acaso los grupos de poder –y sus servidores- conservan mucho de la mentalidad colonial en razón de lo cual los malos tienen que ser necesariamente negros? ¿Negros, zambos, mulatos, cholos e indígenas? Una copiosa variedad de “chistes” circula al respecto; pero no sólo son “chistes”, sino que son por desgracia descripciones de la realidad, de lo que podría dar fe una persona “de color” a la que se le ocurriese dar un paseo por una zona “residencial”. Sobre el racismo en el Perú urbano los ejemplos abundan, siendo el más impactante aquel que masivamente difunde un diario para el cual la gente tiene que ser blanca para salir en sus páginas de “vida social”. Algo que los peruanos asumen como normal.
Solo un ignaro (que por desgracia los hay muchos en las esferas del poder) o un político cínico puede utilizar sin reparos aquello de “la mano negra” para referirse a algo que merece rechazo o condena. Habría que recordar a tales usuarios que nuestra madre común, evolucionada en África hace cerca de 5 millones de años fue negra, negrísima, como lo fue también la primera Homo sapiens sapiens que hace unos 130 mil años apareció en el mismo continente. Negros fueron nuestros ancestros, aquellos primates que como producto de su trabajo se hominizaron, pasando luego a los otros continentes donde el clima influyó determinantemente para que surgiesen diversos tipos raciales.
Pero sin ir tan lejos y para hablar de los nuestros, negros fueron aquellos esclavos que se plegaron a las fuerzas rebeldes de Francisco Hernández Girón en 1553, enarbolando una mano negra su lema de combate: “Comerán los pobres y se hartarán”. Negros fueron los que en 1603 derramaron su sangre en Vilcabamba buscando la libertad. Una y varias manos negras empuñaron armas de combate para sumarse a la revolución libertaria de Juan Santos Atahuallpa entre 1742 y 1756. Y algunos años después, una mano negra pintó el retrato del más ilustre de todos los peruanos, José Gabriel Túpac Amaru, muriendo su portador al lado del caudillo revolucionario en la espantosa matanza del 18 de mayo de 1781. Negros los hubo en la colonia pintores, músicos, médicos. E incluso, santos. Una mano negra cogía una escoba en los claustros de Santo Domingo en la Lima colonial, mano negra que según la creencia de los cristianos obró luego muchos “milagros”. ¿O acaso las de San Martín de Porres no fueron manos negras? Y “una mano negra”, la de Pancho Fierro, pintó cuadros que aparte de hermosos son inmortales.
Ya más recientemente, “una mano negra”, la de Nicomedes Santa Cruz, escribió las décimas que lo convirtieron en un clásico de la literatura peruana; “una mano negra”, la del maestro Valleumbrosio, sostuvo un violín prodigioso del que brotó un arte musical incomparable; y, ¿no son negras, por ventura, las manos de Susana Baca?
No “una mano negra” sino cientos de manos negras han dado lauros al Perú en el deporte, y desde siempre. Para citar las más referentes, manos negras, en su gran mayoría, fueron aquellas que nos conmovieron hasta las lágrimas en mundiales de voley hasta hace no muchos años; manos negras las tuvieron Mauro Mina y Roberto Dávila, nuestros máximos exponentes en el box profesional. Y, ¿no son negras las manos de Cubillas, ídolo de multitudes?
Entonces, pongamos ya un “paralé” a este consentido y masivamente difundido culto al racismo. Seamos inteligentes, a menos que queramos que se resuelvan éste y otros problemas por el camino sin retorno que alguna vez emprendiera Guillermo Lobatón Milla, cuyas manos negras sostuvieron hasta morir el instrumento de la vindicta.




De RPP:
Declaraciones del Carlos López Smith, presidente de la ONG Cimarrones, dijo que el color de piel no es lo primero que debe verse. Debemos reconocernos como parte integral de la ciudadanía peruana, aún excluida sentenció.
(Ojalá sea un link permanente)

2 comentarios:

Unknown dijo...

La manida frase sigue empleándose por tirios y troyanos. Por ello, bien que se publique este artículo y ojalá se difunda masivamente.
A propósito de negros en Piura, hace como dos décadas leí en el diario "El Nacional" un artículo sobre los primeros cimarrones en el Perú, del mismo autor, artículo que no conservo y que ojalá pudieran ubicar y reproducir.
Felicitaciones.
Avelino.

Anónimo dijo...

El problema del artículo es que parte de una base errónea. La expresión mano negra no tiene nada que ver con un tinte racista, sino con una supuesta organización criminal que existió en Europa (Francia y España) y que se hacía llamar la mano negra, pues su símbolo era una mano negra extendida.